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El grupo rojo.


FUNDAMENTOS DEL DESARROLLO PSICOSOCIAL.

 Para iniciar con este blog les haré una pregunta, ¿Qué es el desarrollo Psicosocial?


Pues bien, el desarrollo psicosocial es el proceso de interacción continua y progresiva entre los niños y el entorno en el que crecen y se desarrollan; A través del cual los niños y niñas aprenden a comportarse en diferentes situaciones de la vida.

El desarrollo de la personalidad desde la infancia está estrechamente relacionado con las relaciones sociales. A esta combinación se la denomina desarrollo psicosocial.

Cada bebé, a pesar de compartir patrones de desarrollo similares, presenta personalidades diferentes desde el principio. Las emociones, los temperamentos y los comportamientos se mezclan para hacer que cada uno sea único. 

Ejemplo: 

Un niño puede encontrar placer en escuchar música, mientras que otro optará por la tranquilidad del silencio.

Aquellas diferentes formas de sentir, pensar y comportarse afectan la forma en que los niños reaccionan y se adaptan al mundo. Existen dos tipos de influencias:

  • Influencias medioambientales: las influencias medioambientales en los niños se refieren a cómo el entorno en el que viven puede afectar su desarrollo y comportamiento. Factores como la familia, la escuela, los amigos y la comunidad en general pueden tener un impacto en su salud física, emocional y cognitiva.
  • Influencias congénitas: Las influencias congénitas en los niños se refieren a los factores heredados o presentes desde el momento de su nacimiento que pueden afectar su desarrollo y salud. Estas influencias pueden estar determinadas por la genética, es decir, los rasgos y características que se transmiten de los padres a los hijos a través de los genes.

Teoría de Erikson (1950).

Esta teoría presenta el concepto del desarrollo psicosocial, el cual explica que las personas atraviesan ocho etapas a lo largo de su vida. Estas etapas abarcan desde el nacimiento hasta la vejez. La segunda etapa, conocida como autonomía vs vergüenza y duda, ocurre entre los 18 meses y los 3 años de edad. Durante esta etapa, el niño empieza a desarrollar su independencia, aprende a caminar y hablar, y expresa sus preferencias y disgustos, adquiriendo un sentido de control sobre sí mismo. Esta etapa es crucial, ya que le brinda al niño oportunidades para tomar decisiones, como elegir su ropa entre dos opciones, y establecer límites y reglas en casa.


Aspectos destacados del desarrollo psicosocial durante los primeros tres años:

• Durante los primeros 0 a 3 meses de vida, los bebés muestran una disposición para recibir una amplia gama de estímulos. Comienzan a demostrar interés y curiosidad, y sonríen fácilmente a las personas.

• Entre los 3 y los 6 meses, los bebés empiezan a anticipar lo que sucederá y pueden sentirse frustrados cuando las cosas no ocurren como esperan. Esto se manifiesta a través de la ira o la sospecha. Es la etapa en la que el niño experimenta un despertar social y comienza los primeros intercambios mutuos con su cuidador.

• De los 6 a los 9 meses, los bebés participan en juegos sociales y buscan respuestas de las personas que los rodean. Exploran nuevas emociones como la alegría, el miedo, la ira y la sorpresa.

• Entre los 9 y los 12 meses, los bebés desarrollan un mayor apego hacia su cuidador principal, sienten temor hacia los extraños y se muestran tímidos en situaciones nuevas. A los 12 meses, los niños pueden comunicar sus emociones con mayor claridad, expresando diferentes estados de ánimo, contradicciones y matices de sentimientos.

• En el periodo de 12 a 18 meses, los niños descubren que dependen más del entorno y de la persona a la que están más apegados. A medida que exploran y se vuelven más seguros, buscan protegerse.

• Entre los 18 y los 36 meses, los niños empiezan a manifestar la conciencia de la distancia que los separa de su cuidador. Desarrollan un sentido de sus propios límites a través de la imaginación, el juego y la empatía con los adultos.

ASPECTO DEL DESARROLLO DE LA INFANCIA.

¿Cuáles son los procesos que permiten la transformación de un recién nacido dependiente, con un repertorio emocional limitado y necesidades físicas apremiantes, en un niño capaz de experimentar sentimientos complejos y poseer las habilidades necesarias para comprenderlos y gestionarlos?

A lo largo de su desarrollo, un recién nacido dependiente experimenta una notable transformación emocional y adquiere habilidades para entender y controlar sus sentimientos de manera más compleja. A medida que crece, pasa por una serie de procesos que contribuyen a esta evolución. Estos procesos incluyen el desarrollo de las habilidades cognitivas, la adquisición del lenguaje, la interacción social y la influencia del entorno familiar y cultural. A través de estas etapas, el niño va construyendo un repertorio emocional más amplio y desarrolla la capacidad de reconocer, interpretar y regular sus propios sentimientos. Así, se convierte en un individuo capaz de comprender y controlar sus emociones de manera más sofisticada.

DESARROLLO DE LA CONFIANZA.

¿Qué propone Erikson en el desarrollo de la confianza? 

Erik Erikson, un reconocido psicólogo del desarrollo, propuso una teoría llamada "teoría psicosocial" que aborda diferentes etapas del desarrollo humano y los desafíos psicosociales asociados a cada una de ellas. En relación con el desarrollo de la confianza, Erikson postuló la primera etapa de su teoría, conocida como "confianza básica versus desconfianza".



En los primeros años de vida, según Erikson, los bebés forman un sentido fundamental de confianza en el mundo y en las personas que los rodean. Dependiendo de cómo los cuidadores satisfagan sus necesidades básicas, como alimentación y afecto, el bebé desarrollará confianza o desconfianza en sí mismo y en los demás. Esta confianza establece una base importante para el desarrollo emocional y social a lo largo de la vida.

En resumen, Erikson sugirió que establecer una confianza básica en los primeros años de vida es esencial para un desarrollo emocional y social saludable. Esta confianza crea una base sólida para las etapas posteriores del crecimiento, lo que permite al individuo establecer relaciones sólidas y tener una visión positiva de sí mismo y del entorno que le rodea.

         

Confianza y desconfianza básicas, según Erikson.

Erik Erikson postuló que, en la primera etapa de su teoría psicosocial, denominada "confianza básica versus desconfianza básica", los bebés experimentan un conflicto psicosocial entre desarrollar confianza o desconfianza en el mundo que los rodea. Esta etapa abarca desde el nacimiento hasta aproximadamente los 18 meses de edad.

Durante esta etapa, los bebés dependen totalmente de sus cuidadores para satisfacer sus necesidades básicas, como alimentación, afecto y protección. La forma en que los cuidadores responden a estas necesidades tiene un impacto significativo en el desarrollo de la confianza o desconfianza del bebé.

Si los cuidadores son sensibles, consistentes y brindan un cuidado amoroso y atento, el bebé desarrollará confianza básica. Esto implica que el bebé se siente seguro, confía en sí mismo y en los demás, y percibe el mundo como un lugar predecible y confiable.

En contraste, si los cuidadores son negligentes, insensibles o no satisfacen adecuadamente las necesidades del bebé, se desarrollará la desconfianza básica. Esto implica que el bebé se siente inseguro, desconfía de los demás y percibe el mundo como un lugar amenazante e impredecible.

La resolución exitosa de esta etapa se logra cuando el bebé desarrolla una confianza básica en sí mismo, en los demás y en el entorno. Esta confianza sienta las bases para futuras etapas de desarrollo, permitiendo al individuo construir relaciones sólidas, desarrollar una autoestima saludable y tener una visión optimista del mundo.

En conclusión, Erikson enfatizó la importancia de establecer una confianza básica en los primeros años de vida, ya que esto tiene implicaciones significativas en el desarrollo emocional y social posterior del individuo.

 ¿Cómo adquieren los infantes confianza en su mundo y cómo establecen apegos?


1. Cuidado y atención sensible: Los bebés desarrollan confianza cuando sus necesidades físicas y emocionales son atendidas de manera sensible y oportuna. Esto implica brindarles alimentos, comodidad, protección y afecto cuando los soliciten. La consistencia y la sensibilidad en las respuestas de los cuidadores crean un ambiente seguro y confiable para el bebé, lo que fomenta la confianza en su mundo. 

2. Vínculo de apego: Los infantes establecen un vínculo de apego con sus cuidadores principales, generalmente los padres u otros cuidadores cercanos. Este vínculo se forma a través de la interacción y la conexión emocional continua. El apego se construye cuando los cuidadores responden de manera sensible a las necesidades del bebé, brindando cercanía física, consuelo y seguridad. Estos intercambios afectivos y la formación del vínculo de apego proporcionan una base para que el bebé desarrolle confianza en las relaciones. 

3. Exploración segura: A medida que los bebés se sienten seguros y confiados en su relación con los cuidadores, comienzan a explorar el mundo que los rodea. La exploración segura, donde el bebé se aventura a explorar su entorno mientras sabe que los cuidadores están disponibles y brindan apoyo, contribuye a la confianza en el mundo exterior. 

4. Relaciones de apego secundario: A medida que los bebés crecen, pueden establecer relaciones de apego con otras personas significativas, como otros miembros de la familia o cuidadores regulares. Estas relaciones secundarias también contribuyen a la confianza en los demás y en el mundo. 

Los infantes adquieren confianza en su mundo a través de la atención sensible a sus necesidades, la formación de un apego seguro con los cuidadores principales y la oportunidad de explorar de manera segura su entorno. Estas experiencias tempranas sientan las bases para su desarrollo emocional y social futuro.

¿Cómo interpretan los infantes y sus cuidadores las señales no verbales del otro?


Los infantes y sus cuidadores interpretan las señales no verbales del otro a través de un proceso de interacción y comunicación no verbal. Aquí hay algunos aspectos clave de cómo se interpreta este tipo de comunicación:

1. Sintonía emocional: Los infantes son sensibles a las expresiones faciales, el tono de voz y la postura corporal de sus cuidadores. A través de la sintonía emocional, los bebés pueden captar las emociones de los cuidadores y responder en consecuencia. Por ejemplo, si un bebé sonríe y muestra alegría, es probable que los cuidadores respondan con expresiones de felicidad y cariño, reforzando así la conexión emocional.

2. Lenguaje corporal: Los infantes y los cuidadores interpretan el lenguaje corporal del otro para comprender las intenciones y emociones. Esto incluye gestos, movimientos corporales y posturas. Por ejemplo, un bebé puede extender los brazos hacia arriba para indicar que quiere ser levantado, mientras que un cuidador puede inclinarse hacia el bebé para mostrar disposición a levantarlo. Ambas partes interpretan estos gestos y responden en consecuencia.

3. Contacto físico: El tacto y el contacto físico desempeñan un papel crucial en la comunicación no verbal entre infantes y cuidadores. Los bebés interpretan el contacto físico, como abrazos, caricias y besos, como expresiones de amor, seguridad y protección. Estos gestos transmiten un sentido de calma y confianza al infante, fortaleciendo el vínculo emocional.

4. Mirada y atención conjunta: Los infantes y sus cuidadores establecen contacto visual y atención conjunta, lo que implica compartir el enfoque y la atención en un objeto o evento particular. A través de la mirada y la atención conjunta, los bebés interpretan las intenciones y emociones de los cuidadores, así como la importancia de los estímulos en su entorno.

Es importante tener en cuenta que la interpretación de las señales no verbales puede variar según el contexto cultural y las experiencias individuales. Los infantes y los cuidadores desarrollan un lenguaje no verbal único y personalizado a lo largo de su interacción, lo que les permite entenderse mutuamente y fortalecer el vínculo afectivo.

ESTUDIO DE LOS PATRONES DE APEGO.

La teoría del apego fue desarrollada por el psiquiatra británico John Bowlby en la década de 1960. Fue el primero en desarrollar una teoría del apego basada en conceptos de psicología del desarrollo para describir y explicar por qué los niños se convierten en personas emocionalmente apegadas a sus primeros cuidadores, así como el impacto emocional de una ruptura. Al mismo tiempo, intentó combinar conceptos de etología, psicoanálisis y teoría general de sistemas para explicar el vínculo emocional del hijo con su madre.

El modelo propuesto por Bowlby se basa en la existencia de cuatro sistemas de comportamiento interrelacionados: el sistema de conductas de apego, el sistema de exploración, el sistema de miedo a los desconocidos y el sistema afiliativo definió la conducta de apego como "cualquier forma de conducta que acerque o mantenga a una persona más cerca de otro individuo con distinciones y preferencias". 

Además, siempre que la figura de apego permanezca accesible y receptivo, la conducta puede incluir una simple verificación visual o auditiva de su posición y el intercambio ocasional de miradas y saludos. Sin embargo, en determinadas circunstancias también se observa acecho o aferramiento a la figura de apego, así como tendencia a gritar o llorar, comportamiento que suele incitar a esa persona a prestar ayuda.
En este contexto, a través de estudios sobre la plasticidad del cerebro, demostraron que en los primeros años de vida tiene lugar un proceso de desarrollo muy importante, a saber:

  • Todos los animales, incluidos los humanos, buscan la protección y el cuidado de sus padres cuando se enfrentan a peligros y amenazas.
  • Esta búsqueda de protección juega un papel fundamental en la evolución de la supervivencia (Hofer, 1995).
  • La figura de apego suele ser la madre, y rápidamente se desarrolla una clara preferencia por ella.
  • En los bebés, la incomodidad que conduce al apego también puede ser causada por el hambre, la sed y/o el dolor físico (Fonagy, 2004; Del Barrio 2002; Belsky, 1999 .
  • El sistema de apego conductual no es único, sino que forma parte de una serie que también incluye la exploración, el cuidado y la cópula (Aizpuru, 1994).
  • El sistema de apego realiza una función homeostática, ayudando a mantener un equilibrio entre las conductas exploratorias y de proximidad.

AINSWORTH Y SUS COLABORADORES.

Cuando Ainsworth y sus colegas observaron a niños de un año en una situación extraña y en el hogar, encontraron tres patrones principales de apego:

  1. Apego Seguro: Es la categoría más común, del 60 al 75 % de los bebés estadounidenses de bajo riesgo se encuentran dentro de la definición del apego más saludable durante la infancia cuando el niño se siente apoyado por sus padres o cuidadores. Donde ofrecen la comodidad necesaria para demostrar con eficacia y rapidez flexibilidad y resiliencia en situaciones estresantes y también, existe otra definición, que se manifiesta en la ansiedad de separación y reaseguramiento al volver a reunirse con el cuidador. En su totalidad, se interpreta como un modelo de funcionamiento interior, caracterizado por la confianza en el cuidador cuya presencia lo tranquiliza.

  2. Apego Ambivalente-Resistente o Ansioso: El infante desarrolla desconfianza hacia los extraños durante la infancia y muestra miedo o frustración incluso antes de que el cuidador se vaya. Además, quiere acceder a nueva información, pero sus intensos conflictos le impiden hacerlo. Por lo tanto, son más propensos a la ira, que se caracteriza por objetivos destructivos, rabietas frecuentes y otras emociones negativas. Después de todo, del 10 al 15 % de los bebés sufren de estos apegos.

  3. Apego Evasivo o Evitativo: Los infantes con un estilo de apego evitativo rechazan la información que les puede causar confusión, cierran sus esquemas a ella, y tienen estructuras cognitivas rígidas, es decir, ocurre cuando los cuidadores no protegen adecuadamente al niño, y el niño desarrolla una autosuficiencia compulsiva que fomenta el aislamiento emocional y físico. Por lo tanto, entre un 15 y un 25 % padece este apego.

Mientras que otros estudios (Main & Solomon, 1986) han identificado un cuarto patrón de apego:

  1. Apego Desorganizado-Desorientado: El infante claramente carece de apego: sus acciones y respuestas hacia los cuidadores son una mezcla de comportamientos, incluyendo evitación o resistencia, y ocurren en al menos el 10% de los infantes de bajo riesgo, pero en proporciones mucho más altas en ciertos grupos de infantes como bebés prematuros y niños nacidos de madres que abusan del alcohol o las drogas.

CÓMO SE ESTABLECE EL APEGO.

El establecimiento de apego desde la infancia se asocia principalmente con dos sistemas: el sistema exploratorio, que permite al bebé conectarse con el entorno físico a través de los sentidos; y el sistema afiliativo a través del cual los infantes entran en contacto con otras personas es la relación afectiva más cercana, profunda e importante que desarrollamos los humanos. Entonces, este apego afectivo se caracteriza por relaciones que perduran en el tiempo y suelen ser estables, relativamente duraderas y constantes durante la mayor parte de la vida de una persona.

Por lo tanto, a partir de la interacción del niño con la madre sugerida por Ainsworth y Bowlby, el niño construye un "prototipo" de lo que se puede esperar de él. El modelo permanece mientras la madre actúa de la misma manera. Si su comportamiento cambia: no una o dos veces, sino consistentemente, donde el niño puede corregir este patrón y la seguridad del apego puede cambiar.

Finalmente, el prototipo de apego infantil se relaciona con el concepto de confianza básica de Erikson. Un apego seguro refleja confianza; Apego inseguro, desconfianza Los niños con apego seguro han aprendido a confiar no solo en sus cuidadores, sino también en su capacidad para obtener lo que quieren. Por eso, aquellos que lloran mucho y cuyas madres son empáticas y tranquilas tienden a formar vínculos fuertes.





MÉTODOS ALTERNATIVOS PARA EL ESTUDIO DEL APEGO Y EL PAPEL DEL TEMPERAMENTO.

Introducción:

El estudio del apego, es decir, la conexión emocional y afectiva entre un niño y sus cuidadores, ha sido objeto de investigación durante décadas. Si bien los métodos tradicionales han sido valiosos para comprender el apego, también han surgido enfoques alternativos que brindan nuevas perspectivas y permiten un mayor entendimiento del tema. Además, el papel del temperamento de un niño en su apego se ha convertido en un aspecto clave de investigación. En este blog, exploraremos algunos métodos alternativos utilizados para estudiar el apego y discutiremos la influencia del temperamento en la formación y calidad de los vínculos de apego.


Métodos alternativos para el estudio del apego:

  1. Observación naturalista: Este método implica observar a los niños y sus cuidadores en entornos naturales, como el hogar o la guardería. A través de la observación directa, los investigadores pueden obtener una visión más realista y contextualizada del apego y las interacciones entre el niño y el cuidador.
  2. Experimentos en laboratorio: Los experimentos en laboratorio permiten a los investigadores manipular variables específicas y controlar diferentes aspectos del apego. Por ejemplo, mediante la técnica llamada "Situación Extraña", los investigadores evalúan la reacción de un niño cuando se le presenta una situación desconocida y se mide su respuesta al separarse y reunirse con el cuidador.
  3. Estudios longitudinales: Los estudios longitudinales siguen a un grupo de individuos a lo largo del tiempo, lo que permite examinar la estabilidad y los cambios en los vínculos de apego a medida que los niños crecen. Estos estudios proporcionan información valiosa sobre cómo el apego puede influir en el desarrollo a largo plazo.

El papel del temperamento en el apego:

El temperamento de un niño se refiere a sus características individuales, como la reactividad emocional, la adaptabilidad y la actividad. El temperamento puede influir en la forma en que un niño se relaciona con sus cuidadores y en la calidad de su apego. Algunos niños pueden tener un temperamento más fácil, lo que significa que son tranquilos y adaptables, lo que facilita la formación de un apego seguro. Por otro lado, los niños con un temperamento más difícil, es decir, aquellos que son más reactivos y difíciles de calmar, pueden enfrentar desafíos en el desarrollo de un apego seguro.

Los investigadores han descubierto que el temperamento puede interactuar con las experiencias de apego para influir en el desarrollo de un niño. Por ejemplo, un niño con un temperamento difícil puede necesitar más apoyo y comprensión de sus cuidadores para desarrollar un apego seguro. Asimismo, un cuidador sensible y receptivo puede ayudar a mitigar los desafíos asociados con un temperamento difícil, fortaleciendo así el vínculo de apego.

Conclusión:

El estudio del apego ha evolucionado con el tiempo, permitiendo la adopción de métodos alternativos que complementan los enfoques tradicionales. La observación naturalista, los experimentos en laboratorio y los estudios longitudinales han ampliado nuestra comprensión del apego y cómo se desarrolla a lo largo del tiempo. Además, el papel del temperamento de un niño en la formación y calidad del apego destaca la importancia de considerar las características individuales al examinar las relaciones de apego.

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